Compañía incondicional de hombres valiosos

En el mes por la celebración a esos papás que siempre quieren darlo todo para ser cada vez mejores, queremos compartir las historias de algunos de ellos, en el que comparten el amor por sus familias y la compañía incondicional que han sido para el éxito de mujeres grandiosas.

Meryl Streep, la actriz estadounidense con más nominaciones a los premios de la academia, reconoce la importancia que ha tenido el escultor Henry Wolfe, su esposo, desde hace más de 30 años, para su exitosa carrera. Su relación se ha basado en la confianza y honestidad, algo difícil de encontrar en un medio difícil para consolidar familias sólidas como el hollywoodense.

Joachim Sauer, es el esposo de Angela Merkel, la primera canciller alemana y líder europea. Se conocieron en la universidad mientras él estudiaba química y ella física, esa inevitable conexión los llevó a casarse en 1998. La fortaleza de su relación se ha basado en saber diferenciar sus carreras de su relación de pareja, incluso él ha preferido mantenerse al margen de la vida pública de Angela, tanto es así que es conocido como “El Fantasma de la Ópera” ya que solo se lo ve junto a ella cuando asisten a este tipo de eventos.

Linda Louis Eastman, más conocida como Linda McCartney, fue una fotógrafa estadounidense muy reconocida en la década de los sesenta, especialmente por retratar a personalidades de la época, cuando conoció al ex Beatle Paul McCartney formaron una de las familias más estables en la historia de la música por tres décadas. La creatividad de ambos fue un motor que los influenció a cada uno en sus respectivos artes, Sus más allegados decían que el compañerismo entre ambos y la armonía en su relación eran lo que más se destacaba en su historia de amor que lastimosamente terminó tras la muerte de ella en 1998.

Según la investigación del psicólogo estadounidense Robert Sternberg, creador de la Teoría Triangular del Amor, este está compuesto de 3 elementos: Intimidad, pasión y compromiso. Este último elemento, el compromiso, nos lleva a analizar el amor desde otra perspectiva y es que una relación de pareja basada en el acompañamiento, la confianza y el trabajo en equipo, son los cimientos para proyectar relaciones a largo plazo, sólidas y que muy seguramente formarán familias unidas y con más valores. 

María Eugenia Molina es una de las representantes independientes de Avon más exitosas en el Ecuador. Desde hace 26 años está casada con Nazario Ortega, un exmilitar de la Fuerza Aérea, especializado en electrónica, que cuando la vio por primera vez quedó impresionado por su energía, motivación y rebeldía. Su historia empieza en Latacunga, su ciudad natal. Nazario estaba abriendo una academia de electrónica y necesitaba una persona que lo ayude con la administración del lugar, fue así como la conoció y a los pocos minutos supo que ella era la persona que estaba buscando. El tiempo pasó y esa excelente relación laboral entre ambos dio un paso importante y decidieron formar una relación de pareja y empezar una nueva vida en Quito. 

Nazario vendió su academia de electrónica a un amigo y con los recursos obtenidos fueron a buscar oportunidades en la capital, además, como la familia de María Eugenia ya estaba radicada en Quito, eso los ayudaría para el arranque de lo que sería su nueva vida. Decidieron invertir en un micro mercado en el sur de la ciudad, Nazario se encargaría de administrarlo y María Eugenia buscaría la forma de generar otros ingresos, fue así como llegó al negocio de la belleza por medio de la venta directa. Entendió de inmediato que para ser exitosa debería perfeccionar su estrategia de venta en base a las experiencias que iba teniendo, debería tener mucha paciencia y, sobre todo, un portafolio de productos de gran calidad que sus clientes puedan pagar.

Transmitió esa energía a su esposo, que al verla tan entusiasta no dudó en apoyarla y estar junto a ella en el camino que había decidido emprender. Ambos invirtieron dinero para poder dar crédito a sus clientes, muchos de ellos no pagaron y Nazario empezó a tener dudas, pero María Eugenia le daba la confianza de que pronto todo iba a estar bien, que todo es parte de un proceso de aprendizaje y que, además, algo muy fuerte dentro de ella le decía que siga siendo persistente. Él, nuevamente impulsado por ese ímpetu de su esposa, decidió volver a confiar y a partir de ese momento las cosas empezaron a avanzar. María Eugenia cada vez tenía más clientes que pagaban a tiempo y que se volvían fieles de los productos que compraban. Nazario para apoyar a su esposa a veces tenía que dividirse en dos, por un lado, seguía administrando el micro mercado y por otro, se ocupaba de las labores del hogar “A mí no me importaba arreglar la casa o cocinar cuando María Eugenia tenía que salir a trabajar, el servicio militar me ayudó a entender que esas labores también las podemos hacer los hombres y para serle sincero, yo cocino mejor que ella”, dice Nazario viendo a su esposa mientras ríe tiernamente.

Este trabajo en equipo basado en el compromiso y el apoyo incondicional entre ambos es lo que ha hecho que la familia Ortega Molina tenga el orgullo de tener su propia casa, una hija psicóloga de 25 años graduada en una de las mejores universidades y un hijo de 15 años, que, a su corta edad, está demostrando que va a ser un gran emprendedor y de espíritu libre como su mamá.

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